Los arqueólogos han pasado el último año en la restauración y exploración de los cuerpos conservados de 86 romanos que murieron cuando el Vesubio entró en erupción en 79 dC. Ahora, los restauradores han dado a conocer los primeros resultados de estas exploraciones para mostrar lo que se esconde bajo el yeso y las cubiertas de estas personas congeladas en el tiempo.
Los habitantes de la Pompeya de hace 2.000 años, tenían dientes perfectos fruto de una alimentación sana, aunque huesos débiles debido al exceso de flúor en las aguas de los manantiales de los que bebían.
Estos son los primeros sorprendentes detalles que han sido comunicados el 27 de septiembre de 2015, producto de una investigación sin precedentes. Los investigadores han sometido a tomografías axiales computerizadas (TAC) cerca unos 30 cuerpos que fueron encontrados en las excavaciones de Pompeya, los cuales quedaron conservados en moldes de yeso con los que fueron tratados.

El proyecto comenzó el pasado agosto, en el marco de la restauración de algunos de los llamados Calcos de Pompeya, pero sobre 30 de ellos se concentrarán arqueólogos, antropólogos, radiólogos, odontólogos e ingenieros expertos en los escáner.

Los primeros resultados de estos exámenes que fueron comunicados en rueda de prensa han determinado que la mayoría de los habitantes de Pompeya tenían dientes sanos, gracias a una alimentación sana, con pocos azúcares. Aunque en algunas de las dentaduras se pueden observar imperfecciones que indican que el pompeyano utilizaba los dientes para romper o cortar. Por ejemplo, los primeros análisis en un hombre han revelado un problema en los huesos debido a la excesiva presencia de flúor en las faldas acuíferas vesubianas.


Los análisis acaban de comenzar pero los responsables del proyecto explican que con estos exámenes se es capaz de reconocer además de datos normales, como la edad y el sexo, también si era "un fumador de pipa, un músico que tocaba la flauta, así como el origen geográfico o la condición socio económica".
La maquinaria utilizada es una moderna TAC de 16 cortes capaz de hacer un examen de todo el cuerpo en 100 segundos, explican los investigadores. El gran problema es "la densidad del yeso utilizado, pues es muy parecida a la densidad de los huesos y por ello ha sido necesario recurrir a la alta tecnología de una TAC de 16 cortes", explicó hoy el superintendente de Bienes Culturales de Pompeya, Massimo Osanna.
Los calcos de Pompeya se deben a la intervención del arqueólogo italiano Giuseppe Fiorelli, quien después de hallar una cavidad hueca en torno a los restos óseos decidió inyectar yeso y de esta manera logró obtener una copia exacta de las víctimas de la erupción cubiertas por las capas de ceniza y detritos.
